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Foto del escritorPsic. Marcelo Rangel de Florencia

Autoimagen, autoestima y trastornos alimenticios.


AUTOIMAGEN


¿Qué es la autoimagen en la adolescencia?

La imagen mental que tenemos de nosotros mismos se define como autoimagen. Está influida por las relaciones con otras personas, las opiniones de conocidos y las experiencias vitales propias. Durante la adolescencia es un pilar esencial para un desarrollo psicosocial adecuado.


Autoimagen y familia.

La Organización Mundial de la Salud considera a los adolescentes como personas en edades comprendidas entre 12 y 18 años. Es una fase donde se producen intensos cambios físicos, psicológicos y sociales, que comienzan con la pubertad y acaban cuando finaliza el crecimiento.


¿Qué significado tiene la palabra Adolescente?

Para dar cuenta cabal del significado del término adolescencia (con sc) es necesario aludir a que se encuentra vinculado con el vocablo latino adolescens, que es el participio activo del verbo adolescere, que quiere decir crecer, desarrollarse, ser criado o alimentado.


Para los adolescentes y jóvenes la adultez ya no representa una meta, es que para ellos ahora es evidente que ser adulto no significa tener poder, independencia, autonomía y ni siquiera solvencia. Porque lo que ha traído consigo la instalación de nuevas tecnologías, lo que evidencia es que el ordenamiento social por “clases de edad” es relativo y contingente. De hecho, las relativamente más altas tasas de desempleo y los índices de marginación que actualmente hay entre los jóvenes se deben a que las desigualdades económicas, culturales y sociales se han magnificado y los principios de igualdad de oportunidades y de la movilidad social ascendente se han desmoronado debido, principalmente, al proceso puesto en marcha por el nuevo giro del sistema económico. Así que ¿por qué y para qué se querría crecer para llegar a ser adulto en sociedades que no ofrecen las condiciones mínimas para serlo de manera digna y cabal?


Es una etapa de cambios continuos que transmiten inseguridad al adolescente y le hacen sentir que “no se conoce”. Todo es nuevo en cuanto a situaciones sociales, también la sexualidad se genitaliza y los lazos amistosos adquieren un nuevo significado. Comienzan a prestar mucha más atención a la imagen corporal y valoran como algo muy importante la opinión que los demás tienen de ellos. Aún no tienen claro “cómo se ven a sí mismos” e intentan encontrar respuestas en las opiniones de sus semejantes. Cuando éstas son positivas, refuerzan el valor de la persona y contribuyen al logro de una buena autoestima.


Sin embargo, cuando las opiniones son “negativas” se hace una elaboración psíquica que suele ser pesada de manera emocional y aparecen una serie de síntomas que son difíciles de lidiar con ellos. El “échale ganas” o “quiérete” no sirven, porque dichos síntomas van por un cause psicológico mucho más profundo de lo que pudiéramos pensar o creer.


Es importante que la familia del adolescente no menosprecie sus nuevas preocupaciones e intereses para que pueda conseguir una autoestima sana, que le ayude a vivir de forma plena.


Los padres deben comprender que la preocupación de sus hijos por la imagen corporal es algo transitorio, que irá disminuyendo conforme crezcan, pero que puede provocarles conflictos durante esta etapa. Por ejemplo, es frecuente que una adolescente se preocupe más por su aspecto que por sus estudios. Menospreciar este sentimiento no le ayuda, es más recomendable establecer unos límites poco rígidos que le permitan seguir evolucionando, que no se estanque, que no abandone actividades importantes, ni caiga en conductas nocivas para la salud.


ADOLESCENCIA Y AUTOESTIMA.

(Idílicamente) Las personas con buena autoestima rinden mejor en los estudios, en el trabajo y les cuesta menos hacer amigos; sacan lo mejor de sí mismos y se aceptan tal como son. Este proceso es largo, comienza a desarrollarse durante la adolescencia y termina en la etapa adulta, aunque muchos no alcanzan el objetivo.


¿Por qué es tan importante el aspecto físico para el adolescente y su autoestima?


A lo largo de la infancia el niño va recibiendo estímulos de forma constante que va interiorizando. En la adolescencia la presión por parte de la sociedad para conseguir un aspecto bello y saludable es más intensa. Está patente en cada esquina: redes sociales (Instagram, Facebook, Tik Tok, etc), revistas, anuncios en la vía pública, televisión o películas lo muestran a diario y culturalmente, es más exigente con las mujeres. Sin embargo, estos conceptos se han generalizado para los hombres y toda la comunidad LGBT; también la exigencia abarca diferentes etapas de vida, desde niños hasta ancianos.


La comparación de su imagen con la de otros jóvenes o cómo les gustaría ser, cómo se perciben en realidad y el ideal del peso que les gustaría tener, provocan tal sufrimiento psicológico que en algunos casos les hace enfermar, inclusive morir…

El adolescente está plenamente convencido de que su aspecto físico es crucial para su felicidad, considera que para alcanzar sus objetivos debe ser aceptado por su entorno y en esto también incluye su aspecto.



TRASTORNOS ALIMENTICIOS.


Algunos ejemplos de los trastornos alimenticios son: anorexia, vigorexia, bulimia y obesidad.


Los adolescentes buscan salud, belleza, “clase”, éxito social y/o laboral, autoestima, etc. Afortunadamente, no todas ellos desarrollan un trastorno alimentario, bien porque desisten de hacer dieta, bien porque aprenden a comer adecuadamente (sin restricciones o carencias nutricionales). Un grupo cada vez más numeroso continúa en el empeño de controlar su comida hasta alterar los mecanismos de autorregulación alimentaria, y terminan por desarrollar alguno de los siguientes trastornos: anorexia o bulimia nerviosa, atracones, sobrepeso, obsesión por la comida sana, vigorexia, etc.


Es quizás, por esta razón que la opinión predominante en la sociedad actual respecto a los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) se apoya en la creencia de que las personas que los padecen tienen un problema con la comida debido a su deseo de estar delgadas. Esta opinión, aunque cierta, es muy incompleta y, en ocasiones, ha contribuido a trivializar la gravedad de la patología, ya que no tiene en cuenta que el excesivo control o el descontrol de la comida está más asociado con la búsqueda de métodos para calmar la ansiedad, llenar un vacío o sentirse seguro que con el hambre biológica. Un punto de partida tan limitado respecto a los TCA genera tratamientos sesgados en los que se busca “curar” los síntomas y no los motivos de fondo que lo producen.


Las redes sociales se han convertido en un estándar de belleza, ser populares, amadas, adoradas. Es importante para los seres humanos sentirnos amados y queridos, también respetados, sentirnos fuertes y estables; reflejar éxito y poder.


Para las mujeres estos conceptos son más preocupantes, ya que históricamente se ha relacionado la femineidad con la belleza y al paso de los años se ha hecho del cuerpo femenino un objeto.

Los hombres no están exentos de estas cargas sociales, al contrario, cada vez es más común el hecho de que se exija mayor desempeño físico, contrastado con las habilidades y el desarrollo emocional.


En general, todos padecemos de estas exigencias, sin embargo, los jóvenes son personas más fáciles de ser manipuladas a este tipo de ideales sociales.

La presión social no es algo nuevo, desde la época victoriana en Inglaterra ya se presionaba a las mujeres de cierto nivel socio económico a cumplir con estos estándares. Hoy se han agudizado por las redes sociales y “democratización” de las opiniones vertidas con cualquier argumento.


Anteriormente en las revistas se apreciaban artistas o actores o músicos como estándares de belleza, pero hoy por las redes sociales cualquiera puede ser un modelo a seguir, desde un compañero de clase, un vecino o algún familiar.


“NUNCA SE ES SUFICIENTE” es un síntoma constante para ser tratado en los consultorios psicoterapéuticos, que hoy más que nunca se confirma a través de los motivos de consulta para ser tratados.

Los ideales de belleza, la mayoría no los cumplimos.

En estos momentos y con el acceso a las redes sociales, no sólo las supermodelos pueden ser cánones de belleza, sino que cualquiera pude serlo; nuestro vecino, nuestra compañera de trabajo, nuestro profesor, etc.

Hoy en día, embellecerse no es una libre elección, se ha convertido en una obligación.


Psic. Marcelo Rangel de Florencia

Psicólogo Clínico Adolescentes y adultos.

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