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  • Foto del escritorPsic. Karen Martínez Contreras

Educar y aprender con disciplina positiva.


Estudios recientes demuestran que los niños tienen un interés, innato desde el nacimiento a sentirse conectados con los demás, asimismo los niños que tienen un sentido de vínculo con su comunidad, familia y escuela tienen una conducta mejor.

La disciplina positiva es una corriente educativa promulgada por la psicóloga Jane Nelsen que defiende que la clave de la educación no reside en el castigo, sino en el respeto entre personas. Según esta teoría pedagógica, el castigo en la escuela puede provocar dos tipos de comportamientos: la rebelión, por lo que siempre se acaba sancionando a los mismos alumnos; y la adicción a la aprobación, en la que los niños tienen tanto miedo al castigo que acabarían renunciando a ser como realmente son.


Los adultos aprendemos para educar a los niños.

A través de La Disciplina Positiva se enseña a los adultos, padres y madres, profesorado y cuidadores, que su función principal no es la corrección a través de la educación, sino la conexión. Esta consiste en establecer en los pequeños un vínculo con los distintos tipos de entorno en los que se desenvuelven, como la familia o la escuela, donde mejorará su comportamiento al sentirse parte de la comunidad.

Se fundamenta en la comunicación, el amor, el entendimiento mutuo y la empatía, así como disfrutar de las relaciones. Dicho esto, este conjunto de rasgos favorecen al desarrollo emocional de los menores y refuerza los vínculos afectivos con padres, maestros, abuelos y hermanos.


De esta manera, el niño comprende cómo utilizar el respeto, la amabilidad y la firmeza al mismo tiempo; evitando los extremos al actuar de forma punitiva, pero también desechando la forma permisiva que resta autoridad a las personas que representan dicha imagen.


El desempeño de la educación positiva va orientado a que los adultos desarrollen el sentido de pertenencia de los niños, como un recurso para el desarrollo infantil sano. Es la alternativa más efectiva que cumple con el objetivo de que los niños desde temprana edad aprendan a cooperar y ser disciplinados, a ser autónomos y responsables sin que por ello tengan que perder su propia dignidad pues procura la felicidad y el bienestar de los menores, aumentando las posibilidades de tener una autoestima sana construida desde su formación en la temprana infancia.


Herramientas y conceptos de Disciplina Positiva:

· Respeto mutuo. Los adultos modelan la firmeza al respetarse a ellos mismos y las necesidades de la situación y la amabilidad al respetar las necesidades del niño.

· Identificar la creencia detrás del comportamiento. Una disciplina efectiva reconoce las razones que hacen actuar a los niños a tener ciertas conductas, trabajando para cambiar la creencia, en lugar de intentar cambiar solamente el comportamiento.

Para ello se requiere desarrollar una comunicación asertiva entre las partes y generar las habilidades necesarias para resolver problemas, enfocándose en generar soluciones más que dar castigos.

· Comunicación efectiva y habilidades para resolver problemas.

· Disciplina que enseñe (que no sea permisiva ni punitiva)

· Enfocarse en soluciones en lugar de castigos.

· Alentadora, de esta manera se toma en cuenta el esfuerzo y la mejoría, no simplemente el éxito y construye una mejor autoestima a largo plazo.

· Amabilidad y firmeza. Debe encontrarse el equilibrio y alejarse de la excesiva autoridad y de la excesiva permisividad, por lo que es necesario ser claros, firmes y amables al mismo tiempo.

· Respeto mutuo. Con la disciplina positiva se respetan las necesidades del niño, pero también las del adulto. Se trata de escuchar a los niños y comprender lo que sienten para ayudarles a gestionar esas emociones y mostrarles maneras de comportarse respetuosas. No se trata de buscar culpables, ni de hacerles sentir mal, sino de enseñarles a aprender del error, desde la aceptación y comprensión del mismo.

· Conexión y vínculos afectivos. La disciplina positiva requiere conexión emocional, que favorece, por un lado el desarrollo afectivo del niño y por otro contribuye a reforzar los vínculos con su familia y profesorado. Implicación del niño. Se basa en la comunicación entre padres e hijos, entre profesorado y alumnado y en un modelo democrático para poner las reglas de forma consensuada. Implicando a los niños logramos que hagan suyas las normas, que las entiendan, y aumentamos su compromiso con las mismas.

· Desarrollo emocional. El niño percibe que se comprenden y aceptan sus emociones y puede desarrollar su inteligencia emocional. Se pueden producir "comportamientos inadecuados”, pero se evita el castigo, y la labor del adulto consiste en comprender el porqué de dicho comportamiento, y reconducirlo con respeto y de forma afectuosa.

· Desarrollo de la autonomía. El niño aprende a ser resolutivo e independiente, es capaz de tomar sus propias decisiones. El adulto no controla la vida del niño, le guía y está a su lado, proporcionándole las herramientas que necesita para tomar sus decisiones sin sobreprotegerle.


Disciplina positiva en las aulas:

El trabajo del profesorado es el de reconocer las diferencias, las neurodiversidades y promover la inclusión.


Como docentes es necesario recordar que en nuestras aulas jamás habrá una población homogénea, tenemos alumnos y alumnas todos distintos, con diferentes ambientes familiares, situaciones emocionales repentinas y también aquellos que tienen, ya sea a simple vista o no, alguna neurodiversidad que requiere ser comprendida y atendida.


Cuando se trata de aplicar la disciplina positiva, es bueno saber que esta es una corriente educativa que va bien con la atención e inclusión de la diversidad. Los niños que por lo general han tenido en sus medios escolares dificultad para acoplarse a las reglas, problemas con figuras de autoridad y que por lo regular tienden a ser señalados como problemáticos, son de los más afortunados cuando encuentran un entorno donde la disciplina positiva prevalece.


Aprenden que a través de esta educación son incluidos, no son juzgados ni etiquetados y modifican paulatinamente su comportamiento al sentirse vinculados y aceptados, escuchados y a la vez contenidos en un ambiente donde hay normas y reglas que se aplican de forma amable y responsable. Esto mejora notablemente su autoestima y su forma de relacionarse con su entorno.


Las estrategias que se aconsejan seguir con niños con mayores dificultades de acatar las reglas, son:


· Consensuar las normas del aula entre todos, comprender que al no cumplir con alguna de ellas, su comportamiento tendrá consecuencias.

· Establecer sanciones justas y razonadas sin castigar de forma arbitraria.

· Motivar al niño en las actividades que realice sin criticar sus defectos.

· Utilizar el sistema de economía de fichas, premiando los comportamientos positivos y obteniendo por ellos una recompensa.

· Animar y reforzar positivamente las conductas de los alumnos. Prestar mucha más atención a las conductas positivas.

· Dejar que se exprese en un ambiente de contención y comprensión.

· Modificar ciertas tareas mostrando distintas alternativas para alcanzar un objetivo.

· Fomentar la autonomía de los niños.

· Colaborar constantemente con la familia en la misma metodología educativa.


La disciplina positiva como una alternativa efectiva para la educación post pandemia.

Para muchos alumnos la situación del confinamiento ha sido un reto y que ha conllevado inestabilidad emocional, cambios en la percepción y sentimientos en sus relaciones sociales y de convivencia. Esto se ha notado en el ambiente escolar, en sus comportamientos, en las formas a veces intrincadas de convivir.


Aquí quiero compartir algunas reflexiones del profesor Holger Roick, maestro de arte y coordinador de CAS del CSM Cuernavaca y en su experiencia al regreso a clases presenciales:


En muchos de mis alumnos he notado una crecida necesidad de cercanía y contacto social, muchos de ellos demuestran diariamente que tienen más competencia social que antes de la pandemia.


La vida nos ha traído cambios significativos, y por ello los profesores habremos que evolucionar en nuestras estrategias para acercarnos y compartir el conocimiento para nuestros alumnos.


Continúo citando al profesor Holger:

No creo que podamos regresar a nuestras habituales clases de antes, a nuestra acostumbrada forma de evaluar y /o disciplinar, haciendo como si nada hubiera pasado. Tenemos que motivar a los alumnos para que nuevamente quieran aprender y para que se interesen en nuestra materia, para que no sientan que van de el encarcelamiento de casa a otro en el salón de clases.


Un cambio en mi actitud... en la manera de dar mis clases que se modificó sutilmente, pero bastante eficaz... manteniendo un ambiente positivo, tuvo que ver sobre todo con estar empático y convertir el aprendizaje en algo más lúdico y menos estricto.

Al tener alumnos muy activos , las clases tienen que ser más dinámicas, con mucha libertad para buscar soluciones individuales en un ambiente amigable y por lo mismo contagioso. Hasta para los alumnos que tienen poco interés, con ellos mismos he contado con la participación y atención de manera bastante satisfactoria.


Este, es un buen ejemplo y resumen de cómo poniendo en práctica los conceptos de la disciplina positiva en un ambiente escolar podemos tener resultados benéficos, pues a mayor conexión, mayor colaboración y mejor aprendizaje.


“De dónde sacamos la absurda idea, de que para que un niño se porte bien, primero debemos hacerlo sentir mal”

Jane Nelsen.


Fuentes:


·         Holger Roick, profesor de artes y coordinador de CAS en el Colegio Suizo de México cámpus Cuernavaca.
·         Nadine Mager. Educadora de Disciplina positiva para familias, certificada por Positive Discipline Associattion (PDA).
·         Disciplina positiva para educar a tus hijos, qué es y cómo practicarla (webconsultas.com) Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria, especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil.
·         ¿Qué es la disciplina positiva? Principios y estrategias (redcenit.com).Raquel Herrero Lladró, Psicóloga Clínica en Red Cenit.
·         Disciplina positiva: definición y fundamentos - Autor: Darío Domínguez. MEDAC Instituto Oficial de Formación Profesional.


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