Para comenzar este artículo debemos comprender que la sexualidad engloba manifestaciones afectivas, interrelaciones, identificación de género, la anatomía , entre otras cosas que van formando parte de la vida cotidiana.
Como vemos, la curiosidad sexual es parte del desarrollo de los niños y niñas, desde pequeños empiezan a jugar con diferentes partes de su cuerpo y los genitales no son la excepción. Conforme crecemos esta curiosidad se va ampliando y las manifestaciones suelen ser más evidentes.
Durante las primeras etapas del despertar de la sexualidad, todo gira en torno al descubrimiento y experimentación; mientras que en las últimas se centra en el desarrollo de la identidad sexual.
Desarrollo sexual infantil.
1. Desde el nacimiento hasta el año de edad los niños presentan erecciones durante el día, mientras se les cambia el pañal, al dormir y en el caso de las niñas presentan entumecimiento en los labios de la vulva y el clítoris sin embargo esto no quiere decir que haya excitación sexual como la entendemos los adultos.
2. Entre los 2 y 3 años, durante ese período comienzan a sentir curiosidad por sus órganos sexuales. Cuando ya los pañales han sido abandonados, un nuevo mundo se abre para ellos, pueden percibir y ver con más facilidad y experimentar sensaciones que antes resultaban más incómodas.
3. De los 3 y 5 años las niñas se tocan la vulva con frecuencia y los niños juegan con su pene, incluso se sorprenden y muestran a otros las reacciones que tienen cuando lo tocan.
4. A los 6 años la curiosidad de los órganos sexuales aumenta conforme el niño o niña crece: se hace consciente de la existencia de dos sexos distintos y empiezan a presentarse juegos que incluyen la exploración de los propios genitales y de los de otros (los juegos como el doctor, al papá y mamá ) suelen incluir besos, abrazos y mirarse los genitales.
5. A esta misma edad el cuerpo de los adultos empieza a llamar la atención. Esta curiosidad por las diferencias entre su cuerpo y el de los adultos provoca que los infantes miren con curiosidad cuando se bañan con sus padres.
6. Entre los siete a nueve años su curiosidad e interés por la sexualidad cesa y suele ser menos evidente. A esta etapa en la psicología se le conoce como latencia, el infante se encuentra como en una “pausa” esperando a la pubertad.
7. Pubertad o Pre adolescencia: a partir de los 10-13 años se producen importantes cambios biológicos asociados a la sexualidad del niño. En esta etapa se activan las hormonas sexuales y los caracteres sexuales secundarios empiezan a desarrollarse. Estas hormonas son las que estimularán los cambios físicos y psicológicos que determinarán mas adelante la sexualidad reproductiva.
8. La adolescencia va de los 14 a los 18 años, es importante que en ese momento los adolescentes se sientan cómodos preguntando a sus padres aquellas dudas que tienen. Con la llegada de la adolescencia los chicos y chicas concluyen con su desarrollo sexual, en esta etapa se llega a desarrollar la identidad sexual.
Cómo hablar de sexualidad a nuestros niños y niñas.
La sexualidad es un tema que hay que platicar con nuestros hijos de una forma natural, sin miedo y sin prejuicios, escuchando atentamente sus inquietudes, indagando para dar cuál es su duda real y adecuando nuestras respuestas de acuerdo con su edad.
Para un desarrollo sano en la sexualidad de nuestros hijos, las madres y padres de familia necesitamos comprender que desde bebés, todos tenemos sexualidad y esta se manifiesta, como anteriormente lo vimos, de diversas formas a través del crecimiento.
Si comprendemos esto, también sabremos reconocer que es sumamente importante que no sea un tema que evitemos o pensemos que es “para más adelante”. Es recomendable que los niños y niñas desde edades tempranas sean enseñados correctamente sobre cómo se llaman las partes del cuerpo, tanto del propio como del sexo opuesto.
Cuando hablamos con naturalidad que hay un pene y una vulva, así como les decimos que hay un brazo o una nariz, les quitamos a esas partes el peso de la vergüenza y podemos platicar con ellos con mayor facilidad. Así les enseñaremos que el pene y la vulva son partes privadas, junto con las nalgas, la boca y los pechos de las niñas.
Retomando la primer infancia, entre los 3 a 7 años, por naturaleza, al experimentar sensaciones y tener curiosidad, los infantes exploran su cuerpo o a veces entre los niñxs de edades pares a ellos, suelen jugar a investigar sus diferencias. Es importante que los adultos reconozcamos que los juegos sexuales y contactos que comparten los menores son espontáneos, curiosos y sin malicia, forman parte del conocimiento de su propio cuerpo y el de los demás y más adelante de su identidad.
Aquí tenemos la gran oportunidad para orientar, contribuir a una buena educación sexual: los padres debemos de guiar a nuestros hijos e hijas en sus dudas sobre la sexualidad de acuerdo a su edad y comprensión y también enseñar los límites apropiados para que los pequeños aprendan de autocuidado.
Explicarles a los niños y niñas que en su cuerpo hay partes públicas que se pueden mostrar y tocar, como las manos, el rostro y partes que son privadas, es decir que nadie debe tocar ni mostrar como sus pompis, ano, pechos (en las niñas) y genitales estas partes son íntimas, por tanto hay que enseñarles que hay momentos y lugares apropiados íntimos (su recámara o el baño) para que solo el niño o la niña pueda verse, tocarse y experimentar en su propio cuerpo.
A través de la educación sexual que los adultos responsables y de confianza les proporcionemos a los niños y niñas, ellos comprenderán sobre los límites que deben poner para proteger su cuerpo y sus emociones. Deberán saber que ellos tienen un límite con respecto al cuerpo de los demás y que cualquier persona también debe respetar el cuerpo y partes privadas de ellos.
Debemos estar pendientes cuando la conducta sexual en el menor se presenta de manera frecuente, incluso obsesiva, aún después de haber platicado con él o ella, pues puede ser que se deba a que el niño o niña esté pasando por un momento que le provoca ansiedad, por una situación que no pueden manejar. En este caso es importante proporcionarle apoyo, motivarle, por medio de la confianza y tranquilidad a que platique cómo se siente o acudir a un especialista por ayuda.
Pautas que los y las niñxs deben conocer desde edades tempranas:
Su cuerpo es suyo: nadie debe tocarles si ellos no lo desean y por supuesto, siempre deben contar si alguna situación o frase les ha hecho sentir incómodos.
Siempre pueden decir "No", no importa si la persona con la que están interactuando es un adulto o un niño mayor: ellos tienen derecho a elegir y decidir. De hecho, te doy un ejemplo diario en el cual muchos padres erramos: si el niño no quiere darle un beso a alguien, a la abuela por ejemplo, él tiene derecho a decidir y decir no. No le obligues a hacerlo porque sino das una enseñanza contradictoria: puedo decir que no, pero depende a quién.
Enséñale a tus hijos los nombres de las partes del cuerpo para que tengan el vocabulario necesario para contarte todo aquello que les suceda.
Hazles saber que nunca se meterán en problemas por hablar contigo, no importa lo que tenga que decir.
Explícales qué es la privacidad y que tienen derecho desde pequeños a tener su espacio: vestirse a solas, ir al baño con la puerta cerrada, etc. sin que nadie se inmiscuya en lo que están haciendo.
No dudes en enseñarles a limpiarse solos tras ir al baño e incluso a bañarse solos desde pequeños: su cuerpo es suyo y deben aprender a cuidarlo sin necesitar ayuda de otra persona.
Enséñales a hablar sin vergüenza de su cuerpo, incluso de sus genitales. Contigo deben poder hablar de todo.
Explícales teniendo en cuenta su edad qué comportamientos entre niños y adultos es adecuado y cuál no.
Habla con ellos sobre el uso de las nuevas tecnologías: hay modalidades como el sexting, al igual que el acoso sexual en internet o por móvil de los cuales debemos orientarles y protegerles.
En conclusión, si como padres les proveemos a nuestros hijos e hijas de educación sexual, de confianza para platicar el tema si miedos y estamos atentos a sus inquietudes naturales que tienen en su crecimiento, tendremos mayores posibilidades de evitar situaciones que los pongan en peligro; pero también podremos facilitarles a que crezcan con mucha mayor confianza en ellos mismos para protegerse, que se fomente una mejor autoestima para regir su sexualidad, para apreciar y amar su propio cuerpo, para comprender mejor las etapas que van pasando y sus cambios físicos y emocionales, para ser responsables sexualmente y saber tomar decisiones más adecuadas para su vida.
Para un niño, adolescente o joven, es sumamente importante saber que cuenta con alguien de confianza para poder platicar sobre estos temas, propiciemos desde casa ser ese pilar al cual se acerquen para darles la información adecuada, evitemos que con nuestra negativa o prejuicios busquen en fuentes equivocadas o inadecuadas. Estemos a su lado, bien informados y dispuestos para platicar con ellos de la sexualidad en todas sus etapas.
Psic. Karen Martínez Contreras
Departamento de psicopedagogía CSM Campus Cuernavaca
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