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  • Foto del escritorPsic. Karen Martínez Contreras

¿Cómo ayudar a nuestros hijos pequeños a expresar sus emociones?


¡Muy lindo día!

Espero que hayan tenido una buena semana llena de salud, productividad y que la adaptación a las actividades presenciales esté siendo bien recibidas en la familia.


En esta oportunidad quiero dedicar este post a los grados de maternal, kínder, preprimaria, y primaria baja. Platicaré sobre cómo podemos apoyar a los más pequeños de la casa a canalizar sus emociones.


Cada familia es diferente y las formas que tenemos de educar e interactuar con nuestros hijos es irrepetible, eso es lo que nos hace únicos y una familia con vínculos y formas de interacción especiales. También cada cabeza es un mundo, y hay algunos infantes que pueden pasar los cambios y situaciones de su vida de manera más fácil y aquellos a quienes les cueste un poco más de trabajo y habrá que estar ahí para apoyarles. Lo importante es que ellos se sientan seguros, que sepan que si se sienten bien o si se sienten mal es normal, que los comprendemos y estamos en todo momento con ellos.


Hay veces que como papás y mamás podemos tener las mejores intenciones de proteger a los hijos, evitamos platicar de los temas que nos preocupan para que los niños y niñas más pequeños de la casa “estén tranquilos”. Pero a veces pasamos por alto que ellos pueden tener las mismas preocupaciones, solo que aún no desarrollan la facilidad de comunicar sus emociones.


Los niños están percibiendo los cambios en su rutina y son muy sensibles a ello. En esta situación particular que nos llevó la pandemia, primero comenzamos por un largo periodo de encierro. Ahora, que el panorama tiene un horizonte más favorable y podemos comenzar a realizar actividades fuera de casa, estamos justo en esta etapa de transición, donde se pueden presentar otras situaciones.


Para algunos chiquitos no todo es alegría al volver a la escuela, para ellos se trata del duro desapego con los padres, quizá les cueste más trabajo volver a hacer parte de su vida cotidiana salir de casa, pasar tiempo en la escuela, las prisas en la mañana y la rutina de volver a dormir temprano para despertar temprano, convivir de nuevo con sus compañeritos y maestras en una interacción presencial.


Recuerdo cada inicio de ciclo escolar, cuando varios niños y niñas de preescolar, después de mes y medio de vacaciones, regresaban a la escuela con llanto y decepción en sus caritas. Las condiciones que hemos vivido durante 1año en casa han sido más extremas que un simple periodo vacacional, por lo que este retorno a integrar actividades normales en la vida de nuestros chiquitos es lo que sentimos como extraño y cuesta trabajo.


Nosotros como papás y mamás tenemos nuestras propias emociones, también estamos más apegados a nuestros hijos, pues los hemos estado protegiendo durante todo este tiempo; así que estamos manejando los cambios en nosotros mismos. Si somos perspicaces podremos ver los llamados de atención, los mensajes que nuestros niños nos envían cuando hay una duda, una molestia, una expectativa, una incertidumbre cuando hay algo que les mueve su mundo.


Pueden presentar manifestaciones tales como, frustración, miedo, enojo, mantenerse calladitos o con tristeza, rabietas poco comunes, falta de seguir rutinas en casa, angustia, querer pasar más tiempo con uno o ambos padres o cambios en sus patrones de sueño, entre otras situaciones que se pueden presentar.


Es de suma importancia que nosotros seamos el conducto principal para platicar de lo que les está pasando, de acuerdo con la edad de nuestros hijos prepararlos y hacerles saber que vamos a cambiar la dinámica poco a poco y brindarles el entusiasmo de que estas modificaciones son buenas, son divertidas, aportarles seguridad. También enseñarles que debemos seguir siendo responsables en cuidar nuestra salud y lavarnos las manos frecuentemente, no tocarnos la cara, tener el tapabocas cuando estemos fuera de casa y durante la estancia en la escuela.


Les dejo una liga de You Tube de un breve video ilustrativo que podemos ver junto con nuestros hijos para que recordemos constantemente, cómo nos tenemos que cuidar y lo hagamos un hábito:



Seguramente los pequeños tienen preguntas y es necesario acercarse y entablar ese diálogo que necesitan para decir sus dudas y sentimientos. Cuando manifestamos nuestras emociones, es más posible que sepamos cómo trabajar con ellas para sentirnos un poco mejor. Dar nombre a lo que estamos sintiendo nos da la capacidad de comprender que es normal que ahorita nos sintamos así, que no están solos o solas, que están en compañía y en confianza para poder manifestar su sentir.


Las emociones las podemos canalizar platicando sobre ellas con alguien cercano, aclarando dudas, el arte es una herramienta básica y muy útil para la expresión de los niños y de sus emociones, al pintar, dibujar, escribir un cuento, jugar juegos simbólicos con muñecos, títeres o actuando, inventando una canción con lo que quieren expresar, o quizá una historia ficticia e inventar un personaje al que le está pasando algo; así ellos manifiestan sus inquietudes y pueden hablar libremente de lo que sienten.


Por último, les quiero recomendar un libro muy bello y especial que puede ser una herramienta práctica para los pequeños y para facilitarnos realizar esta labor que nos toca como padres de ser acompañantes de los procesos emocionales de nuestros hijos. Es un descubrimiento, un viaje interno y un medio de expresión para procurar llegar a la salud emocional.

EMOCIONARIO

DIME LO QUE SIENTES.



Lo pueden encontrar en librerías Gandhi o en su tienda en línea.







Espero que estas recomendaciones sean útiles para estos y más tiempos y les apoye como padres de familia en una situación que se convierte en una prueba de vida.


Karen Martínez Contreras.

Psicóloga.

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